El tequila no dijo nada pero me acompañó en el brindis. Se dejó tomar como antes como cuando éramos amigos. Nos caímos bien otra vez.
Cuando me tomé el quinto caballito de la noche le agradecí a las estrellas por haberse conjuntado así y permitirme volver a contar con la amistad de mi querido tequila. Al final le di un ligero golpe en la mesa así como cuando te despides de un buen cuate con un fuerte abrazo o palmada en la espalda.
Me sentí feliz.
No me gusta el final pero lo tenía que terminar de algún modo :s
Jajajajaja A mí sí me gustó.
Así que se fue contigo y a mí me abandonó :(
Ángela: Gracias :)
P.V. No creo. A lo mejor lo miraste feo y se sintió. Ya se le pasara :p
Saludos!