jun
07
- Qué bueno que te encuentro. Le dijo Beto a un camarada. Tengo que contarte algo. Fui al df y me pasó algo muy cabrón, bueno no tanto pero si se pudo poner feo. Supongo que algún día lo voy a recordar como una experiencia muy divertida. Mientras tanto no sé ni a quién contarle lo que me pasó. Lo más cabrón de todo es que no pasó gran cosa pero no dejo de sentirme mal. Lo que sucedió es que hice pendejadas, sólo a mi se me ocurre ir a téibols (y es que fui a varios) y sólo además. Me quedé sin lana. Pero creo que las cosas las debo de contar desde el principio.Fui a la boda de una amiga. Todo estuvo bien pero fue algo incómodo andar en esa celebración solo. Las bebidas había que pedirlas y no, no sé no me quise poner pedo. Es más cuando empezaba a sentirme medio entrado pedí café. Le paré al alcohol. Sé que soy un exagerado porque no estuve solo, estuve acompañado por otros cuates, pero la neta no me sentía bien. Algo me faltaba. No puedo decir que fuera precisamente una chava tampoco. Simplemente no andaba bien. Al regreso nos dejaron a un cuate y a mí en el auditorio nacional. De ahí tomamos el metro y me bajé en una estación que ya no me acuerdo cómo se llama. Lo que sabía era que tenía que caminar rumbo al monumento de la revolución… Me perdí. Pasé entre varios puestos y me desorienté bien cabrón. Pero cabrón. Ese camino lo he andado varias veces pero quién sabe qué me pasó. Olvidé el rumbo. Compré una revista y le dije bajito al wey que me cobró “carnal aliviáname, ¿para dónde está el monumento?” Me sentí más ridículo porque tenía que caminar derecho ahí de donde estaba pero la multitud… ¿o sería el alcohol?
Ya en el hotel me desesperé mucho. Era sábado a las nueve y media y yo en mi hotel. Hice una llamada desesperada pero mi cuate no pudo ir a verme. Para intentar calmar mi ansiedad fui al bar del hotel. Pedí una cerveza. Cuando me la llevaron me salieron con la novedad de que cerraban a las diez. ¡A las diez! Me dijo el mesero, “si jefe ¿cómo ve?” Yo lo veía de la chingada claro. El único pinche bar de la ciudad que se cierra temprano me cae… Les menté la madre, le pedí que contara cuántos tipos estaban en la otra mesa (eran cuatro) y que me llevara una cerveza por cabrón…
-¡¡Pero jefe cerramos en quince minutos!!
-Perdona carnal pero estoy acostumbrado a que mi mesa sea la más atascada…
Total me terminé la cerveza en esos quince minutos. Salí mareado la verdad. Antes de salir les pedí que me llevaran a un téibol. Resultó que había uno a media cuadra y ahí fue donde empezó el desmadre.
Al principio todo estaba de poca madre. Llegando dos chavas se sentaron conmigo. Había otra en otra mesa. Nadie bailaba. Luego cuando pedí una cerveza me comentó el mesero -“No jefe, hubiera usted venido ayer. Estuvo lleno y el ambiente se puso chingón. Hoy la verdad es que está de hueva”. Según el mesero sólo habían ido a trabajar cuatro bailarinas. Dos de ellas estaban conmigo. Después del comentario pedí la cuenta me salí pensando que andaba salado y que el desmadre me andaba sacando la vuelta. Al salir me encontré con una señora que me preguntó si me había gustado el lugar. Como dije que no me prometió que me llevaba a uno mejor… De wey dije que sí.
En ese otro lugar la onda era más fresona. Me encontré con una chava buenísima. Hey no te rías, es cierto que andaba pedo pero estaba buena… Está bien reconozco que en mi peda se veía bien buena. De ahí sólo me acuerdo que nos llevaron a un privado y que me quitó los lentes. Me acuerdo que la vi desnuda y que tenía la piel muy suave. No era la típica bailarina que se hecha el frasco del perfume teibolero (¿por qué todas huelen igual?). Estuvo un buen rato conmigo. No sé qué tanto le dije. Recobré un poco la conciencia cuando me dijo ”bueno ahorita nos vamos ya me toca la salida” . Luego hasta a Monterrey se quería venir… Cuando se fue a cambiar me di cuenta que no traía puestos los lentes. Me puse a buscarlos y no los encontraba. En mi desesperación subí a los privados y ahí me ayudaron a buscarlos. Al bajar me topé con la chava otra vez y me dijo que como no me vio pensó que ya me había ido. Le pregunté por mis lentes y ahí fue cuando se cayó todo el numerito pues resultó que los traía en la bolsa del saco (todavía traía puesto el saco del traje). Según ella me avisó que me los iba a poner ahí. Todo terminó con una frase contundente: Mejor vete a dormir, ya andas muy pedo.
Pero no me fui a dormir. Afuera estaba la señora que me llevó ahí. Se ofreció a llevarme a otro mejor. Acepté. En el camino me desorienté más todavía. No tenía ni la mejor idea de por donde andaba. En ese téibol no estuve sentado un minuto pues me fui a un lado de la pista y me la pasé bailando con cada chava que se subía. Todas se la curaban de mí pero me seguían el juego. El problema fue cuando me llevaron la cuenta me quisieron cobrar ¡¡dos cervezas a 100 pesos!! No hubo manera de convencerlos que no me tomé la segunda… es más ni la pedí. Había una cerveza en una mesa pero yo juraba que no era mi mesa. Ni estuve ahí. Total que llamaron al encargado y se puso todo peor cuando me di cuenta que sólo traía cincuenta varos. ¡Me quedé sin dinero! Me hicieron un pancho espectacular (con razón supongo). Les dije que había dado depósito en el hotel y que con esa lana les pagaba.
Antes de llevarme al hotel me hicieron que fuera al cajero. Si tenía dinero pero no podía sacarlo (tenía como 80 pesos algo así). Quién sabe qué tanto estuvo averiguando con otros weyes el que me llevó al hotel. Mientras él hablaba me quedé a un lado de un vendedor de hot dogs. Me dio hambre pero no traía dinero. Se me ocurrió decirle que si le podía pagar con una medallita. No quiso por supuesto. Ni siquiera cuando le dije “en serio, es milagrosa…” Pero nomás no quiso venderme uno.
En el hotel el que estaba encargado me regañó y me dijo que cómo era posible que un chavo tan guapo fuera a lugares así, etc., etc. Después de un rato me preguntó si andaba caliente, si andaba cachondo… me dijo que si andaba caliente ¡el me daba una mamada! No mames… Después de toda la aventura, encima de todo este wey me ofrecía una mamada… El acoso se puso cabrón cuando me fue a tocar la puerta de mi habitación con el pretexto de si no quería que me despertaran en la mañana. ¿No se usa el teléfono para eso?
La neta si me quedé preocupado. Casi ni dormí. Al hotel llegué a las seis y me desperté con un dolor de cabeza espantoso a las nueve.
Eso me pasó. ¿Cómo ves? No es gran cosa pero si me sacó de onda lo del cabrón del hotel y ese pedo que me quedé sin dinero tampoco me gustó. Claro, si hubieras ido la cosa se hubiera puesto más cabrona pero no fuiste. A ver si la próxima vez si te apuntas y armamos un desmadre más divertido.
JAJAJAJAJAJA
El DF...las aventuras en solitario...los acosos homosexuales...los téibols y las mujeres feas que bailan en ellos: ¡Que vida la de Beto!
Yo hubiera aceptado la mamada, después de una noche tan pedorra como la que tuvo pues al menos algo de acción la hubiera balanceado.
Cierras los ojitos...y te dejas llevar.
pd. a mi una vez me aceptaron una medallita jajaja, iba entre otras monedas algunas de denominaciones que me da oso admitir, pero me la aceptaron jajaja.
saludos Ayax, I heart Beto
Jajajaja eso si es mala suerte...
Sobre la mamada mmm no estoy deacuerdo con Mario, si cerrara los ojos creo que todo seria peor ya que al dia siguiente los tendras que abrir y no te gustara lo que veras jajaja
P.D. Mario: no te da pena publicar esas cosas? jajaja =0p
jejeje pobre Beto, èl sòlo querìa andar en el desmadre caray,nomàs no le salìa.
Que bueno que rechazò la oferta, aunke cierres los ojos o imagines lo que sea, uno siempre sabe quien està (inserte aquì preposiciòn favorita)ti.
Jajaja, orales, que cosas... Mi frase favorita: "Yo lo veía de la chingada claro"